miércoles, 15 de febrero de 2023

Te vi mejor.

Te vi mejor.

En los tiempos punzantes atrapado,
en los giros de las manillas de asfalto,
en el olor a llama de crema oxidada,
cicatriza y precipita la yema de sus alas.

Esos tiempos de aire de arroz,
de golpes en los granos de la evolución,
de explosiones en la ira del botijo,
del hijo que juega, y cae, y cae.

Te vi mejor.

En los chuzos de formas creativas,
que desprenden ese calor, oculto, arriesgado,
lejos de la tranquilidad de la monotonía,
cerca de la evasión del día y las manías.

En las manías de limpiar los pétalos de sueño,
antes de vivir otra estancia, otro universo,
antes de viajar y saltar, de planear y aterrizar,
sin rosas de sonrisas, sin margaritas, sin flotar.

Te vi mejor.

En la inconsciencia del saber, de los libros,
de las palabras desordenadas en las listas,
con las prisas y tacones en la mesita de noche,
con recuerdos que caen apagando el despertador.

En el despertar de la belleza acostada,
rebozada en sábanas de cuidados y lealtad,
en cobijos peligrosos de algodón y mar,
y corrientes fuertes de sonidos ciegos.

Te vi mejor.