miércoles, 11 de diciembre de 2013

Suspiro.

Como la corriente creada al dejar varias ventanas abiertas,
el mismo efecto surge con la falta de acento en las palabras como tu,
no hay respiro,
ni para la gratitud de las personas que desean oírlo,
ni para el deseo de escuchar que el cariño está presente en todo momento,
no es posible que el piropo no te salga,
que el tacto no se exprese.


Como la palabra que más dice sin llegar a ser palabra,
parte de los cuerpos acostumbrados a estos fallos,
ya que el arte de la ausencia es tan grande y tan molesta
que solo de esta manera se expresa completamente.


Parte de la brisa que se crea si no estás
se expulsa como un huracán por la boca,
solo que suave y con un quejido sonoro,
que demuestra muchas cosas dichas
y aún por decir.


Parte del punto de la pausa o de la coma del segundo,
de pararse a pensar y reaccionar rápidamente,
de liberar de esta manera el interior de uno mismo,
para quedarse sin aire,
sin aliento,
flotando tranquilamente.